También me puedo tirar horas en una librería, pero eso ya va para otro post.
Los que me conocen mejor, sabrán que una vez (de pequeña, aclaro por si las dudas) mordí una goma Milán nata de color blanco para ver a qué sabía. Algo tan bonito, suave y con un olor tan agradable, no podía tener mal sabor. (Lo tiene, aclaro por si las dudas).
Por eso cuando me topé con el blog borrandoque, de una coleccionista de gomas de borrar, me quedé prendada.
Conste en acta que no habia visto este post. Que cuelo en el del cumple cosas de oficina y parece que hubiera sido por eso, pero nooorrr, para algo que recuerdo. xDD ;)
ResponderEliminarEstoy alucinando con las gomas, pero las que me hacen más gracia son las de la vaca que ríe por lo friki del asunto. Ooooooh y hay una de los cazafantasmas! :O